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miércoles, 2 de marzo de 2011

Almendras

El consumo prudente de almendras reduce el riesgo a padecer problemas cardiovasculares debido a que reduce la oxidación del LDL (colesterol malo), reduce el LDL y triglicéridos.
La almendra constituye un componente importante en la dieta mediterránea. Es interesante resaltar que por su elevado valor energético y bajo contenido en azúcares la almendra se puede recomendar en las dietas de personas diabéticas.
La almendra tiene un elevado valor nutritivo. Destaca su composición en proteínas (20%), fibra (14%) y grasa (53,5%), en su mayor parte en forma de ácido oleico. También cabe destacar su contenido en minerales (magnesio, hierro, potasio) y vitaminas (E, B1, B2...). 

La almendra es uno de los frutos secos con mayor aporte de

vitamina E, una vitamina cuya ingesta a menudo está por debajo de lo que sería recomendable y que ejerce un valioso papel antioxidante. 50 g diarios de almendras crudas cubren las necesidades diarias de esta vitamina.
Otro punto destacable es su contenido en fibra

A pesar de su aspecto seco y homogéneo, 
la almendra posee una cantidad notable de fibra soluble (10%). 

Es ideal para estimular los movimientos intestinales y para 
conferir sensación de saciedad.
La almendra es también rica en proteínas (19 g/100 g), 

cantidad similar a la de la carne. Por ello en las dietas
vegetarianas las almendras y los frutos secos en general tienen una gran importancia.
Además, este fruto seco es una de las pocas fuentes de 

proteínas vegetales que contiene arginina
un aminoácido esencial para los niños.
El contenido en hierro es otra de las virtudes de este delicioso 

fruto seco. 
Cincuenta gramos de almendras aportan una dosis de hierro 
muy similar a la de las espinacas, claro que éstas son 30
veces menos calóricas. El magnesio, el fósforo y el  
manganeso también son otros de los minerales 
que aporta este fruto seco en cantidades nada despreciables.

La grasa, un regalo para las arterias
Las almendras tienen un 52% de grasas.

De ellas dos terceras partes corresponden a ácido oleico.
Esto quiere decir que tomar almendras es muy parecido a 
tomar aceite de oliva desde el punto de vista cardiovascular.
Tanto es así que se ha demostrado que en comunidades 
que se consumen dosis altas de frutos secos, 
la incidencia de enfermedades cardiovasculares es menor.
Otro punto a tener en cuenta es su contenido en ácido

linoleico (omega-6), ácido graso esencial para el organismo
que éste no sintetiza y que le es necesario obtener de 
la dieta.

La dosis recomendada
Los expertos están de acuerdo en que una dosis

recomendable de almendras para una persona sana es de 
unos 25 g al día (20 unidades), estando especialmente
recomendada a niños, por su riqueza en calcio y proteínas; a vegetarianos, por su aporte en hierro y proteínas; 
y a personas aquejadadas de hipercolesterolemia, 
osteoporosis, 
déficit de peso, diabetes e intolerantes a la lactosa.
 Es mejor comprar las almendras con cáscara. De este modo están menos tratadas y conservan mejor sus propiedades. La mayoría de frutos secos que se venden sin cáscara suelen llevar dióxido de azufre para conservarlos, por lo que es mejor elegir las biológicas. Al escoger las almendras se debe preferir las más pesadas y que no hagan ruido al agitarlas. Si se compran peladas, deben rechazarse las blandas y las de olor a rancio.
Dada su riqueza en grasa la almendra se enrancia con facilidad por lo que se debe evitar que cojan humedad, guardándolas en un lugar fresco y seco. También se pueden guardar en la nevera para conservarlas más tiempo. 

 

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