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- 07 septiembre 2006
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Las almendras garrapiñadas se elaboran a partir de almendras crudas a las que se añade un recubrimiento de azúcar caramelizado. De esta forma adquieren un color oscuro y mate -típico del azúcar tostado- y una textura ligeramente dura que caracteriza a este dulce tan popular.
Energía asegurada
Sus propiedades nutritivas y su aporte energético derivan de la mezcla de sus dos únicos ingredientes: las almendras crudas y el azúcar añadido. Al igual que la mayor parte de los frutos secos, las almendras presentan un elevado contenido en grasas -sobre todo de tipo monoinsaturado y poliinsaturado, cuyo consumo contribuye a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre-, en torno a un 20 por ciento de proteínas de buena calidad y otro 20 por ciento de hidratos de carbono. Por su parte, el azúcar aporta toda su energía en forma de hidratos de carbono sencillos, en concreto, en forma de sacarosa. Es por este motivo que las almendras garrapiñadas tienen una elevada concentración de nutrientes y un alto valor energético. 10 unidades aportan en torno a 400 calorías, el equivalente a unas 14 galletas sencillas tipo María.
Las almendras destacan además por su contenido en fibra, de suave efecto laxante. En cuanto a su composición mineral sobresalen el hierro, el fósforo, el magnesio, el potasio, el cinc y el calcio. Y de sus vitaminas destacan las del grupo B, entre ellas el ácido fólico, además de ser una buena fuente de vitamina E, de acción antioxidante.
Cómo prepararlas
El sabor y la textura que les caracteriza se consiguen con una mezcla de almendras crudas, azúcar y agua.
En lo que se refiere a cantidades, se han de emplear tantas almendras como se desee y añadir la misma cantidad de azúcar y la mitad de agua.
El proceso de elaboración es muy sencillo:
1- Se ponen las almendras en una sartén al fuego y, conforme empiezan a tostarse, se retiran a un recipiente.
2- Se añade agua en la sartén y, una vez comienza a hervir, se incorpora el azúcar.
Se va removiendo la mezcla hasta obtener un almíbar claro, momento en el que se han de agregar de nuevo las almendras tostadas.
3- Una vez que el azúcar empieza a caramelizar, se retiran las almendras de la sartén y se dejan enfriando en una fuente, bien separadas unas de otras para que queden sueltas.
Una vez frías ya están listas para su consumo.
Cómo conservarlas
Las almendras garrapiñadas se pueden comprar en cajas y bolsas cerradas o bien a granel, fundamentalmente en cucuruchos de papel.
Si se adquieren en cajas o bolsas, aguantan en perfectas condiciones durante meses. Sin embargo, si se las compra a granel, habrá que consumirlas en un plazo máximo de una semana.
Energía asegurada
Sus propiedades nutritivas y su aporte energético derivan de la mezcla de sus dos únicos ingredientes: las almendras crudas y el azúcar añadido. Al igual que la mayor parte de los frutos secos, las almendras presentan un elevado contenido en grasas -sobre todo de tipo monoinsaturado y poliinsaturado, cuyo consumo contribuye a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre-, en torno a un 20 por ciento de proteínas de buena calidad y otro 20 por ciento de hidratos de carbono. Por su parte, el azúcar aporta toda su energía en forma de hidratos de carbono sencillos, en concreto, en forma de sacarosa. Es por este motivo que las almendras garrapiñadas tienen una elevada concentración de nutrientes y un alto valor energético. 10 unidades aportan en torno a 400 calorías, el equivalente a unas 14 galletas sencillas tipo María.
Las almendras destacan además por su contenido en fibra, de suave efecto laxante. En cuanto a su composición mineral sobresalen el hierro, el fósforo, el magnesio, el potasio, el cinc y el calcio. Y de sus vitaminas destacan las del grupo B, entre ellas el ácido fólico, además de ser una buena fuente de vitamina E, de acción antioxidante.
Cómo prepararlas
El sabor y la textura que les caracteriza se consiguen con una mezcla de almendras crudas, azúcar y agua.
En lo que se refiere a cantidades, se han de emplear tantas almendras como se desee y añadir la misma cantidad de azúcar y la mitad de agua.
El proceso de elaboración es muy sencillo:
1- Se ponen las almendras en una sartén al fuego y, conforme empiezan a tostarse, se retiran a un recipiente.
2- Se añade agua en la sartén y, una vez comienza a hervir, se incorpora el azúcar.
Se va removiendo la mezcla hasta obtener un almíbar claro, momento en el que se han de agregar de nuevo las almendras tostadas.
3- Una vez que el azúcar empieza a caramelizar, se retiran las almendras de la sartén y se dejan enfriando en una fuente, bien separadas unas de otras para que queden sueltas.
Una vez frías ya están listas para su consumo.
Cómo conservarlas
Las almendras garrapiñadas se pueden comprar en cajas y bolsas cerradas o bien a granel, fundamentalmente en cucuruchos de papel.
Si se adquieren en cajas o bolsas, aguantan en perfectas condiciones durante meses. Sin embargo, si se las compra a granel, habrá que consumirlas en un plazo máximo de una semana.
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