En general, los frutos secos son una fuente de salud para el organismo. Cada fruto seco tiene unas propiedades distintas que pueden ayudar a mejorar ciertos niveles de nuestro cuerpo. Por ejemplo, las nueces son buenas para el colesterol, que si se combinan con ejercicio y una buena dieta, pueden ayudar a combatirlo.
Ya sean almendras, pistachos, nueces, anacardos, avellanas o cacahuetes, el aporte energético que te brindan los frutos secos, así como el valor nutritivo, los hacen unos alimentos ideales para combinarlos con cualquier tipo de dieta. En la dieta mediterranea son un componente importante.
Además de las proteínas, los frutos secos son ricos en minerales, tales como el calcio, el magnesio, el fósforo, el hierro, el zinc o el potasio. Por ello, son alimentos muy recomendables para deportistas, además de por la energía que tienen. Los frutos secos también pueden ayudar a proteger al organismo contra las enfermedades cardiovasculares, ya que actúan sobre los lípidos de la sangre. Los frutos secos también son un alimento rico en fibras y son recomendables para los vegetarianos.
Se estima que se deben tomar entre 3 y 7 puñados de frutos secos a la semana para llevar una dieta sana. Los puñados no deben ser muy grandes. Hay estudios que afirman que los frutos secos ayudan a prevenir enfermedades como la arterioesclerosis y que también mejoran la actividad sexual. De todas formas, pienso que esto esta por ver.
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